09 Oct LA INFLACIÓN REGISTRA SU MAYOR BAJADA EN 21 AÑOS
El riesgo de la deflación asoma
La inflación ha dado un respiro a los bolsillos de los españoles. El descenso del petróleo, de algunos alimentos y la caída del consumo han provocado el mayor recorte de la tasa general del IPC en 21 años para dejarla en el 2,4%.
Lo que en principio es una buena noticia, tiene también un reverso oscuro: el descenso reaviva el temor a que se produzca deflación, un fenómeno muy pernicioso para la economía.
Los economistas suelen reconocer que temen mucho más a la deflación que a la inflación porque a la subida de precios saben cómo combatirla, pero la receta contra su caída no es tan clara. El riesgo de deflación no es exclusivo de la economía española.
* Éstas son las claves para entender qué es la deflación y sus riesgos para la economía:
¿Qué es deflación?
La deflación es el fenómeno inverso a la inflación -es decir, caída de precios- y se produce por la falta de demanda. En España, por su dependencia energética, era impensable hace un tiempo que esto pudiera llegar a producirse jamás. Pero ahora por la caída en picado del precio del crudo y de la recesión, con exceso de paro y destrucción de empleo neto, se pueden tocar tasas negativas nunca conocidas.
¿Por qué es tan perjudicial la deflación?
Puede desencadenar un círculo vicioso y perverso sobre todo para el comercio. Con los precios bajando, la demanda cae porque el consumidor no compra ante las expectativas de que todavía bajen más los precios. Y si los comerciantes no venden, además de aumentar el despido, se verán obligados a bajar más los precios siempre y cuando cubran costes. Esto acaba con la actividad cerrada y sin empleo.
¿Por qué baja tanto la inflación?
La causa principal, además de la caída del precio del petróleo y en menor medida de los alimentos, hay que buscarla en la situación de encefalograma plano en que se encuentra el consumo y en la situación de clara recesión de la economía española.
¿Por qué no se consume?
El incremento del paro, y la sensación de que le puede ocurrir a cualquiera, ha metido el miedo en el cuerpo al consumidor, que ha aparcado sus decisiones de compra. Con 800.000 parados más en un año, el consumidor ha regresado a sus cuarteles de invierno, y quien mantiene el empleo dedica su esfuerzo a ahorrar por lo que pueda pasar. Es un problema de confianza en el modelo económico del que también tienen culpa los políticos.
¿A quién beneficia una inflación baja?
En general a quien conserve el empleo porque puede mejorar su capacidad de compra, siempre y cuando se decida a utilizarla, ya que los precios seguirán cayendo mientras continúe esta situación de recesión. Pero el descenso de ahora no se produce en el mejor momento porque está inducido por una grave crisis y sin fondo.
¿Cómo se combate la deflación?
La deflación tiene peor terapia que la inflación. Perdida la política monetaria (la posibilidad de devaluar) en manos del BCE, sólo le quedaría al Gobierno español incrementar la inversión y gasto público y bajar todos los impuestos (sobre todo IRPF e IVA) para generar consumo y actividad en el sector privado. Sin olvidarse de unos tipos de interés prácticamente a cero. Sólo se sale de una deflación incrementando el consumo y esto es posible cuando hay empleo porque es quien aumenta el parque de consumidores.